Antroido de Val de Francos: Sentencia
Velaquí o XUIZO E SENTENCIA (teatralizado) so ANTROIDO DO VAL DE FRANCOS no CONCELLO DE CASTRO DE REI (LUGO), 2014. A representación corre a cargo do GRUPO DE TEATRO OS BALUROS.
PERSONAXES
Xuíz Castro=C Infanta Cristiana=I Avogado do Estado=A.E.
Fiscal Anticorrupión.=F. A. Dous garda-espaldas da Infanta
(Se é posible chega o Xuíz Castro en moto, xa sexa conducindo el ou levado por outro.
Nun coche de alta gama, veñen o Avogado do Estado e o Fiscal -con chófer que queda no coche.
Noutro coche de alta gama ven a Infanta con dous garda-espaldas. Un deles conduce.
Soben ó estrado por esta orde: Xuíz, Avogado de Estado, Fiscal, Infanta cos Garda-espaldas.
(Debe haber unha mesa e catro cadeiras. Os micros necesarios. Un dos gardas saca de debaixo da gabardina unha metralleta de xoguete. O outro de vez en cando observa o público cuns prismáticos. Están de pé todo o tempo)
(Todos en pé)
C.-(Diríxese ó público) Se abre interrogatorio y quizás juicio oral. Por esta vez, y sin que sirva de precedente, se realizará en castellano, aunque estemos en el Campo del Carril de Ansemar, de Galicia me parece. Las razones de que se repita aquí este interrogatorio y que posiblemente se dicte sentencia son: 1º Que no se repita la trangallada de la toma de imágenes. 2º Dar la impresión ante esta concurrencia de que la justicia es igual para todos. 3º Darme a mí mayor fama a ver si consigo ascender antes de jubilarme y jubilarme con una pensión más alta y 4º Entretenerles a ustedes para darles de qué hablar y que no hablen de lo que debieran hablar, pero no conviene que hablen.
(Inxenua)
I.- ¿Y por qué, señoría?
C.-¿Por qué… qué?
I.- ¿Por qué en castellano?
C.-Porque si no fuese en castellano, tendría que ser en catalán ya que la cosa empezó en Mallorca, pero como el equipo de traducción simultánea es de la marca “Ecler”, que es española, Artur Más dice que ese equipo falsea intencionadamente la traducción. Pero para no hacerle la pelota a Artur Mas, decidimos decir que está jodida.
I.- ¿Qué significa esa palabrota, señoría?
C.- Significa:Fastidiada, alteza, fastidiada… (Enérxico) Y que le quede claro desde el principio que aquí el que pregunta y da las órdenes soy yo… ¡Siéntense!… ¡Que se sienten, cooo… córcholis!... ¡Silencio!… (Ó público) ¡Atiendan y si se ríen háganlo sin perturbar el orden de la sala!
(Séntanse. Os tres letrados dun lado e a muller do outro da mesa sen dar as costas ó público. O Avogado do Estado saca dalgún peto un espelliño e unhas pinzas e ponse a depilar as cellas. O Fiscal tamén saca instrumentos de manicura e ponse a facela. O Xuíz dá unhas marteladas na mesa)
C.- ¡Empezamos! ¡Se abre público interrogatorio!
I.-¿Y por qué?
C.-(Arremendando voz feminina)¿I por que, y por que? ¡Que se calle, coñolas!
I.- ¿Que me calle, qué?
C.-¡Que se calle, caramba! (Bixando o son) Caramba, alterza, caramba.
I.-¿Tiene usted mala leche, señoría?
C.-(Alporizado) ¡No, rediola, no!... Yo no tengo leche, no me confunda con una vaca. ¡No intervenga fuera de turno!
I.- ¿Y por qué?
C.- (Estírase para mirala máis de preto) A ver si dejaron la lista y trajeron la otra.
A.E.-(Sen imutarse. Como falando para si) Serán la otra las dos.
C.-¡Usted se calla hasta que le dé la palabra! Aquí el que pregunta soy yo. ¿Entendido, Señor Abogado del Estado?
A.E.-Sí, señoría.
C.-¿Entendido, doña Infanta?
I.-Ay, no sé. No me acuerdo.
C.-¡Que me lleve el demo y Dios guarde mi alma si no estamos igualito que la primeras vez!… (Seca a suor cun pano) ¡Uf! Vamos allá de nuevo. Apaguen todas las cámaras de vídeo o cualquier trebejo para retratar o captar imágenes.
I.-¿Dijo para capar imágenes, señoría?
C.- Dije cap-tar. Infanta Cristiana…. A ver, ¿sabe, usted, lo que es Aizoon?
I.-(Como se non lle soase de nada) ¿Me repite?
C.-(Imitando o zumbido dun abellón) Ai-zooooo-ón?
I.- (Imita o mesmo son) Aizooooo-ón… pués será… será… ¡un abejón!. ¿No?
C.- ¿Es usted copropietaria de Aizoooo-ón o de ese abejoooo-ón con su esposo Iñaki Urdangarín?
I.-¿Iñaki qué?
C.- Ur-dan-ga-rín. ¿No le conoce usted?
I.- Yo no. ¿Y usted?
C.- Ur-dan-ga-rín es su es-po-so
I.- Pues, créme, Señoría… Si le he visto, no me acuerdo.
C.-Haga memoria, Alteza. (Fai a pregunta a máis velocidade do habitual coma unha cantinela) ¿Sabe usted a donde fueron a parar los 5, 7 millones de euros de las Administraciones públicas de que se apoderearon su esposo y Diego Torres por medio del Instituto Noós?
I.-¡Que pregunta más larga, señoría!… ¿Me la podría partir en dos, o mejor, en tres? ¿Quién es la Alteza esa a la que se refiere usted?
C.-La Alteza es usted. ¿O nunca se lo dijeron?
I.-No… No sé… No me acuerdo… A ver, a lo mejor es usted tan alto como yo. Nos vamos a medir usted y yo a ver cuál de los dos es más alteza. ¡Póngase de pié! (Érguese ela. El segue sentado)
C.- ¡Oiga. Aquí quien da las órdenes soy yo! ¡Siéntese!
I.- Pues si no me obedece y se pone de pié se lo digo a mi papá y después ya verá.
C.- ¡Y yo se lo digo a mi mamá! ¡No te juede!..
I.-¿Pero todavía le vive su mami? ¡Uy, que viejita debe de ser, porque usted anda muy ligero y viste baqueros, pero ya no es un pimpollo!
C.-Bueno. (En son moi mansiño) ¡Apaguen las grabadoras de sonido!... Por una vez, y sin que sirva de precedente, nos mediremos, porque, si usted se lo dice a su papá y este se lo dice al jefe de la Casa Real, y éste se lo dice a Gallardón, éste ni me asciende ni me suben la pensión. Usted no se mueva del sitio, Alteza. Ya voy yo. (Érguese, achégase a ela e mídese, pero anicrándose un chisco para parecer bastante máis baixo)
I.-¿Ve como no hay tanta diferencia?
C.-Es que yo no soy tan alto como para llamarme alteza.
I.-Ya me parecía a mí que no tiene tanta talla como aparenta ante los medios de comunicación poniéndose chulito conmigo. (Senta)
C.-(Volve ó seu sitio. Senta e segue). Bueno… dejémonos de cachondeos.
I.-¿Qué palabra acaba de decir?
C.- Ca-chon-de-os. Digo lo que me da la gana.
I.- Le parece, señor juez, que un señor juez puede decir palabras tan feas delante de una Infanta y de los niños que puedan oír las grabaciones cuando se levante el secreto del sumario? Pase que su señoría diga palabros como Aizooo-ón o Noooo-ós, pero ca-chón-de-os… Piénselo, ¿Qué le parece? ¿Cómo no va a estar desprestigiada la justicia española frente a la de Estrasburgo?
C.-¡Oiga! ¡Por muy infanta que usted sea quien hace las pregunta aquí soy yo, me parece que ya se lo dije en Mallorca! A propósito, ¿usted vió: “Tengo ganas de ti” en Mallorca?
I.-No me acuerdo… Lo que vi en Mallorca es que usted me tenía ganas a mí. Además, en Mallorca no me dijo que íbamos a venir aquí, pero, ¡pregunte. Pregunte!
C.-Pueden volver a encender las grabadoras de sonido. ¡Sólo las de sonido!... ¡No olvide, Alteza, que está usted aquí como imputada!
I.-¡Imputado lo será usted y la madre que lo parió! A mi no me llama usted cosas feas. ¡Yo no soy ni fui nunca eso que dice usted! ¡Estaré aquí por evasora o por defraudadora, pero por imputada no, ¿eh?! ¿Qué va a pensar la gene? Esto sí que se lo digo a mi papá. ¡Además si soy eso que dice su señoría es por culpa de mi marido!
C.- ¿Quiere decir que su marido no la satisface y que tiene que buscar fuera lo que no encuentra en casa?
I.- Si… (Confidencial) Le voy a contar… Verá: una vez perdí una pulserita de setecientos mil euros ¡y pico!, que me regalaron los de Aizoon o los de Noós. No sé no me acuerdo. A lo mejor nos la regalamos nosotros mismos con la condición de no acordarnos y, después de buscarla en casa, por todos los recujos, la encontré fuera de casa.
C.-(Inquisitorial) ¿De dónde le vino la pulserita, Alteza? ¿Tenía muy largo el pico?
I.-No tenía pico ni me vino. Ya le dije que tuve que ir a buscarla. Si me viniera, ya estaba, pero no me vino. Primero la busqué dentro y después tuve que coger un paraguas y una bufanda para taparme la cara e ir por ella a fuera, porque no daba venido para dentro y mi marido tampoco llegaba de Estados Unidos. Parece tonto…y es juez. Abra como si aún fuese un funcionario de prisiones ¿Cómo se puede creer en la justicia con jueces como usted? Le estamos bien, hombre. ¡Le estamos bien! Así este país se va a hacer puñetas. ¿Sabe lo que son puñetas, señoría?
C.-(Impaciente) ¡Le acaba usted con la paciencia a un santo, Infanta!
I.-¿Ay, luego, usted es un santo?
C.-¿Por qué dice usted eso?
I.-Por esto, por eso y por aquello… ¿No se da cuenta? Yo le acabo con la paciencia a usted y usted hace una transferencia legal, o una transposición eventual, y le cuelga el sambenito a un santo. Desde luego, con jueces así no sé a donde vamos a parar. Ya decía yo, que nos vamos a hacer puñetas… A lo mejor a usted aún le nombran para Lugo para hacerle más famoso. Si quiere se lo digo yo al Gallardón, que estuvo en veres de entrar de socio no sé si de Aizoón o de Noós, o de las dooós. O si no, que se lo diga mi papá… si ha de hacer algo por nosotros…
C.-(Adulón) No me tiente, Alteza, no me tiente. En Lugo ya no quedan estanterías para más expedientes de operaciones abiertas y sin cerrar. Ahora le voy a hacer una preguntita a ver si la des-imputo, con perdón, e imputamos hasta las orejas a su cónyuge, para que quede como único im-putado. Pero usted no se me asuste, porque después siempre tendrá opción a declararse insolvente o a decir que tal y que cual. Fíjese bien en la respuesta, ¿eh?. Mire que puede ser para usted una tabla de salvación… (Ó público) Apaguen las grabadoras que vamos a ensayar su Alteza y mi Señoría. Atenta, doña Infanta. … (Moi lento) ¿Le asesoró…. a usted… su esposo Iñaki Urdangarín… sobre como defraudar a la Hacienda Pública?
I.-No sé por qué dice Iñaki, señoría. Con decir Urdangarín, ya todos sabemos de quién se trata. ¿A que vienen tantas vueltas y arrodeos?
C.- ¿Le asesoró, si o no?
I.- ¿Quién?
C.- Ur-dan-ga-rín.
I.-¿Y quien es Ur-dan-ga-rín?
C.- (Resignado) Su esposo.
I.- No sé. No me consta. No me acuerdo.
C.-¿De que no se acuerda?
I.-De las dos cosas
C.-(Desesperado) ¿De qué dos cosas?
I.- De las dos que me preguntó: De si me asesoró Ur-dan-ga-rin y si sé quien es Ur-dan-ga-rín.
C.- ¡Bien! ¡Muy bien! No vamos a repetir la escena, por si acaso. El ensayo ya vale como primera función y estreno… Pueden encender las grabadoras… A veces me admira, usted, Alteza.
I.- (Enfadada) ¡Que le voy a admirar yo a usted! Sonrío, pero no le trago. ¿Por qué no hizo caso al Fiscal, ni a las inspectoras de Hacienda? ¡No le admiro yo a usted. Es usted quien está admirado de mí!
C.- (Maino. Limpa a suor) ¡Uf! ¿Estará cansada, no? ¿Cómo está usted?
I.- (Érguese e dalle a man en son cordial) Yo bien. ¿Y usted?
C.- (Tamén se ergue para saudar, afable) Bien. Gracias, ¿Y la familia?
I.- ¿Cuál, la de Urdangarín o la mía?
C.- Las dos.
I.- No sé. Creo que la de él está en paradero desconocido y la mía más escarajada cada día. ¿Quiere que le cuente algo de mi cuñada, la astruriana?
C.-No, no, cuénteselo a HOLA.
I.-Bueno, es que como hay cosas de las que yo no tengo conocimento…
C.-¡Ajá! No tiene usted conocimiento… ¿Y desde cuando no tiene, usted, conocimiento?
I.- Desde antes de conocerle a él.
C.- ¿A quién?
I.- Al que dijo usted.
C.- ¿Y eso por que?
I.-Porque si lo tuviera cuando le conocí, no lo conocía.
C.- Me está usted volviendo loco.
I.- Ya se le nota, ya. Menos mal que se da cuenta y lo reconoce.
C.- Señor abogado del Estado, ¿quiere usted hacer alguna pregunta?
A.E.-(Deixa de facer a manicura, e en son de gran discurso di:) Naturalmente. Pero la mía será una pregunta breve, concisa y retórica, para justificar lo que me pagan entre todos los ciudadanos, aunque, como siempre, para bien o para mal, lleve la culpa de pagano, o pagador, el Estado… ¿Cómo se llama usted, Infanta Isabel?
I.- No sé. No me acuerdo. No me consta.
A.E.-Está bien. ¡Por mis partes, no hay más preguntas! (Segue coa manicura)
C.- Y usted, Señor Fiscal Anticorrupción, ¿pregunta algo?
F.- (Deixa de depilarse e en son de lorán) Hombre, pues ya que el señor juez me lo permite, a pesar de lo mal que aparentamos llevarnos para crear expectación, voy a aprovechar para hacer una pregunta… Como proyecto salir de vacaciones mañana mismo, dado que en este país es prácticamente imposible ejercer de fiscal contra la corrupción sin corromperse… me voy a correr la escarabana o a cazar a Doñana. Pues bien,… me interesaría saber… Estoy sumamente interesado en saber… ¿que dijo la televisión referente a… al tiempo que hará mañana o pasado en Doñana?
C.- ¡Esa pregunta no es pertinente!
F.- Bueno, si su señoría cree que soy un impertinente, tampoco hay más preguntas. (Volve como a iniciar a depilación)
C.- ¡Es réquete-impertinente, hombre!
F.- (Èrguese súpeto e alporizado) ¡Señoría, ya estoy hasta las narices y aún tengo que hacer las maletas! ¿Y todo para que? ¡Todo esto es una antroidada, señoria! ¡Una an-troi-da-da!
C.-(Moi interesado) ¿Dice, usted, señor fiscal, que es una antroidada? ¿A qué se refiere?
F.- A este interrogatorio y posible juicio de la Infanta Cristiana.
C.- Señor Abogado del Estado, ¿usted también cree que todo este tinglado es una antroidada?
A.E.-(Son de discurso) Si, señoría, lo creo, pero no me atrevo a decirlo delante de toda esta gente, porque pueden colgarlo en Internet y después a lo mejor alguien del Estado me quiere colgar a mí, porque ya sabe que, con unos o con otros, el que se mueve no sale en la foto.
C.- (Ponse de pé, solemne) Bien. Pues, visto lo visto, me da la impresión de que yo soy el único que va a quedar aquí de jilipollas. Por lo tanto, decido decidir y decido, y bien decidido está, que si esto es una antroidada no hay otro culpable que… (Sinlando ó boneco) ¡El Antroido! Así que se condena al susodicho Antoido a……………..
¡Un momento! ¡Efectivamente eu estaba ajilipollado!! Se eu son o xuiz que son, se este é o Antroido do Valde Francos, no Concello de Castro de Rei, da Terra Chá, de Lugo, de Galicia… ¡Nin Artur Más, nin Galicia Bilingüe, nin traducción simultánea, nin rabos de gaitas! A sentencia vai en galego como eu me apelido Castro e non aspiro a ningún ascenso! Así que: Condénase ó subsodito Antroido a arder esturruñado coma todos estes anos… Vostede, señor Fiscal, a cazar, pescar, ou facer o que le dea a gana, con Garzón, a Doñana… Vostede, señor Abogado do Estado, a seguir chupando do bote e defendendo ó Estado contra os cidadáns que lle pagamos… A vostede, Alteza,… se a vin non me acordó, que tamén eu teño dereito a que me falle a memoria.Volvamos a ser amigos. (Dálle a man) Eu, collo a miña moto e pírome. E non fago comentarios á prensa. (Fai como que colle a moto igual que un neno e que monta nela. Dá uns aceleróns e dá alguna volta polo escenario) ¡run!, ¡¡run! ¡¡¡run!!!… (Ó público) E vostedes, pobo sufridor, ¡A apandar cos recortes e levantar este país!, que cando o teñan levantado, xa se encargarán de volver a tirarlo os mesmo que votaron, pra que de novo o ergades e non se vaian a vicio, nin se aburran e por ese meio se creen máis postos de traballo en empresas privatizadas e medre a poboación activa; e así unha vez, e outra, e outra, e outra, por sécula seculórum.
A.E. e F.A.- Amén.
C.-¡Ollo ó parche, muchachos! Todo o dito non é óbice pra que a Merkel, o Obama ou o Putín ese, decidan outra cousa. ¡Veña, executen a sentencia! ¡Ó lume con el! ¿ou a que esperan? (Canta ou asubía): “Asturias, patria querida…(Volve a facer como que colle a moto) ”¡Run! ¡¡Run!! ¡¡¡Run!!!.....
(Vanse como viñeron e quéimase o Antroido).